Posterior a la oscura intimidación y terror engendrado en los disidentes cubanos en 2003, llamada la Primavera Negra, el régimen cubano recibió como consecuencia de tales hechos la llamada “Diplomacia del Canapé”, que consistía en que las embajadas invitaban a sus fiestas nacionales a los disidentes, de modo de equipararlos con los funcionarios gubernamentales. Una represalia diplomática que sulfuró al mismo presidente Fidel Castro.
Como testimonio de un caso de la Diplomacia del Canapé, tenemos que en el Día de la Unidad Alemana, el embajador de este país en Cuba, Hans-Ulrich Lunscken, organizó una recepción oficial para el cuerpo diplomático y las autoridades de la isla y otra, más tarde, para la sociedad civil, a la que fue invitada la disidencia. Ningún funcionario cubano se atrevió a pisar los jardines de la residencia.
A los cubanos en contra del régimen comunista de la isla, nos enorgullece saber que a casi siete años de la Primavera Negra de Cuba, la represión más feroz desatada contra los opositores, una organización no gubernamental argentina (ONG) otorgue un Premio a la Diplomacia Comprometida en Cuba.
Este premio fue instituido por el Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL) y fue concedido en abril del 2009, en virtud de los votos de la propia disidencia cubana, a diplomáticos que prestaron servicios en La Habana exaltando los valores democráticos, dando muestras de solidaridad hacia los disidentes y coordinar esfuerzos contra la violación de los derechos humanos.
El diario argentino La Nación, divulgó la noticia de este evento realizado por CADAL quien confirió premios a Daniel Gromann, ex encargado de negocios de la embajada de Polonia; Syanislav, ex primer secretario de la embajada de la República Checa; Michael Parml y Andrea Brouillette-Rodríguez, de la oficina de intereses de los Estados Unidos; Melanie Hopkins, ex segunda secretaria de la embajada británica, y el ex embajador alemán Lunscken, fallecido el año pasado, entre otros.
Durante la ceremonia se proyectó un video con testimonios de la neurocirujana cubana Hilda Molina, impedida de conocer a sus nietos en Buenos Aires; Laura Pollán, esposa del preso político Héctor Maseda y miembro del grupo de las Damas de Blanco; Ricardo del Pino, del Comité Cubano de Derechos Humanos; el escritor y ex embajador chileno Jorge Edwards, y el embajador argentino en los Estados Unidos, Héctor Timerman.
El medio periodístico La Nación, resalta la capacidad por parte de CADAL de reconocer la labor silenciosa de un cuerpo como el diplomático, habitualmente reservado en su expresión y discreto en su proceder. Asimismo le envía un mensaje directo a las organizaciones y al gobierno argentino: “sería bueno que otras organizaciones, así como el gobierno nacional, tomaran nota de la necesidad de enderezar el discurso cuando de derechos humanos se trata. Allí donde una o mil personas reclaman libertad, vedada por un régimen no democrático, aquellos que gozan de esa prerrogativa no deben inhibirse en alzar la voz para acompañar a quienes se ven impedidos de hacerlo. “
Y concluye: “No hay dictaduras de derecha o de izquierda, buenas o malas. Las dictaduras siempre son malas. Es cuestión de ejercitar un poco la memoria y darse cuenta de que nosotros mismos, en la situación de un pueblo que no encuentra más salida que un mar plagado de tiburones, también pediríamos ayuda. Y, desde luego, esperaríamos recibir gestos solidarios de aquellos que superaron el mal trance de vivir bajo el yugo del terror. “
Fuente: Puente Democrático / La Nación Argentina
No hay comentarios:
Publicar un comentario