Hilda Molina desde el escenario los comparó con "los repudios que organiza el gobierno contra los opositores al régimen cubano en la isla" y Mariana Arias, que hasta ese momento era la encargada de llevar a cabo la entrevista a Molina, intervino en la disputa al grito de "¿por qué no se van a vivir a Cuba?"
Frente al estrado, una joven mostraba un afiche con las fotografías de los cinco cubanos detenidos en los Estados Unidos, al grito de "libertad, libertad".
La situación llegó a mayores cuando dos grupos de mujeres comenzaron a forcejear, mientras los cánticos ponían fondo a la disputa: "Vos estás con Pando, nosotros con Fidel" y, por la otra parte, "Argentina, Argentina".
La sala Jorge Luís Borges fue desocupada por la seguridad de la Feria del Libro y la presentación quedó trunca. La verdad de Hilda Molina sobre el régimen cubano deberá ser leída, por los que así lo deseen, en el libro Mi verdad.
La disidente cubana Hilda Molina viajó a Argentina en junio pasado con autorización del gobierno de Cuba para visitar a su madre, que tiene 90 años y está enferma.
"Durante todos estos meses de estancia en Argentina, además de disfrutar la maravillosa presencia de mi familia y de dedicarme al cuidado de mi querida madre, concentré mis esfuerzos en una compleja tarea: concluir el libro en el que relato mis vivencias y que comencé a escribir en Cuba desde hace algunos años", señaló Molina la semana pasada en un comunicado de prensa.
En el libro, además de su historia dentro de la isla, Molina cuenta su relación con Fidel y cómo pasó de abrazar la causa comunista a criticar un sistema que, según dice, es "perverso".
Molina llegó a Buenos Aires a mediados de junio pasado para reunirse con su madre, hijo y nietos argentinos, tras esperar 15 años el permiso para salir de la isla. Desde su llegada a Buenos Aires, la médica insistió en que había viajado para asistir a su madre y que su intención era regresar a Cuba.
El caso de la Molina adquirió, en los últimos años, una relevancia que excede el marco de las relaciones diplomáticas entre Cuba y la Argentina para instalarse como parte de una agenda internacional que incluye a los Estados Unidos, el Vaticano y España entre otros estados que tomaron cartas en el asunto. Molina relata en detalle el largo camino que la transformó en una científica internacionalmente reconocida.
"Además de conmovedor, el caso de Hilda Molina es aleccionador con respecto a la tragedia que viven millones de cubanos bajo el totalitarismo. Tenemos que agradecerle a Hilda el valor con el que soportó el asedio del gobierno cubano durante muchos años y su perseverancia en la defensa del derecho a reunirse con su familia", dijo Mario Vargas Llosa.
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