HOY SE ME REVUELVE EL ODIO Y LA IMPOTENCIA

¿Será que hoy fluctúan mis estados de ánimo de forma anómala? me pregunto una y otra vez cuando siento que se apodera de mí un torbellino entremezclado de odio e impotencia.

Incesantemente husmeo los diarios buscando noticias de amonestación a Cuba, de la misma forma quien busca comida en un refrigerador vacio y, aún así, se queda extasiado mirando hacia su interna y gélida vacuidad, como esperando se haga un milagro al que se le pueda dar un mordisco para calmar el hambre.

Es mi quimera pretender que la política mundial impulsada por los gobiernos, se abstenga de sus intereses comerciales y se moje el culo de una vez por todas para permitirnos un bocado de hermandad al condenar al mórbido castrismo que ha hecho capitular al pueblo cubano.

Me queda claro que la desintegración de la dictadura de Cuba es, principalmente, responsabilidad directa de nosotros los cubanos, somos los implicados y gestores de ese urgente cambio, no hay dudas, pero no es posible que sea asunto exclusivo de los ciudadanos del país combatir una nefasta dictadura de izquierda y resolver su crueldad en exceso, mientras el resto del mundo nos echa una mirada casi inmisericorde.

Se me revuelve, se me retuerce, el odio, el desprecio y algo más... me invade el desánimo hacia la sociedad internacional cuando veo su distracción ante el absolutismo del gobierno totalitario de Cuba, que atentando contra sus propios habitantes lo hace indirectamente contra los valores inquebrantables de la humanidad.

¿Por qué entonces gran parte de esa misma humanidad fue capaz de movilizarse contra regímenes dictatoriales de Latinoamérica, por mencionar algunos: Chile, Argentina, Brasil, entre otros más…? ¿Cuál es la desemejanza de Cuba con estas autocracias sudamericanas? pues que el régimen cubano se impuso en nombre de la liberación y de la explotación, he aquí el peligroso disfraz que confunde e impide ver al desnudo la equivalencia con las dictaduras de derecha.

Sobre lo anterior, hay material para una larga exposición, pero lo que me abruma y de lo que quiero hablar es sobre el odio que hoy me corroe.

Por estos días, uno de nuestros presos políticos –como cualquier otro preso de las antiguas dictaduras de derecha- agoniza en un hospital de la cárcel. El es Orlando Zapata, un albañil, un simple ciudadano de ideas disidentes y pacificas que fue considerado un peligro para el gobierno cubano. ¡Inverosímil y patético! claro está.

Orlando no es el único preso enfermo o moribundo a causa de las condiciones infrahumanas de las cárceles, por las palizas constantes y otras bestialidades. Y hoy, precisamente, leo en el diario El País de España, una noticia titulada “Madrid pide a La Habana piedad con los presos enfermos”. Se refiere a una petición realizada en la reunión entre Cuba y España sobre derechos humanos. Me indigna esta lectura de tanta indulgencia por parte de España ¡es que a caso le está pidiendo al gobierno cubano que tenga presos políticos pero que sea menos cruel con los que están enfermos? Esto me resulta un insulto más que un favoritismo del gobierno español a la oposición cubana.

Sigo leyendo, debe haber algo más esperanzador –me digo- y me encuentro con el próximo titular, esta vez relacionado con Brasil “Presos políticos de Cuba instan a Lula a mediar antes los Castro” la noticia reporta que Lula visitará la isla, luego de haber “aprobado créditos a Cuba por valor de 1.000 millones de dólares (casi 738 millones de euros) de los cuales 350 millones se destinarán a la compra de alimentos y unos 600 millones a iniciativas para producir arroz y caña de azúcar, entre otros proyectos. La petrolera brasileña Petrobras pretende realizar prospecciones en las aguas de Cuba”.

Así también, los opositores cubanos solicitan a Lula que se interese especialmente por el caso del prisionero de conciencia Orlando Zapata Tamayo, que "desde diciembre ha sostenido una huelga de hambre para reclamar sus derechos y hoy se encuentra en condiciones de salud peligrosas para su vida".

Con el mayor escepticismo me pregunto si Lula hará aunque sea pequeños intentos en defensa de la oposición cubana, cuando su viaje es precisamente para “dar un nuevo espaldarazo a las relaciones económicas entre ambos países”. Ver para creer…

Al parecer, esta noche no me será posible librarme de la bronca y la desolación mediática. Obtaré por dormir y elevar mis pensamientos al universo para la recuperación y vida de Orlando Zapata y por la liberación de los 200 compatriotas presos. Tal vez mañana será –para mí- un día menos descorazonador con respecto a la sociedad mundial y su política internacional.

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