MI MARE MANGNUM

Y ahora que tantos mares te bañan a la misma vez
brutalmente los ángeles huyen de esta ciudad huérfana
siete,
diez,
veinticuatro,
doscientos ochenta mares,
mojando en baúles desenterrados tu triste niño,
piratas acuchillando los agujeros negros de tu infortunio

¿Qué vas a hacer ahora con el turquesa que te ensilla a los remolinos?
Pobreza del espíritu desencarnado,
vagabundez que resucita
nuestros moribundos hijos
paridos desde el alma cesárea

¡Pero qué lejos te fuiste sin que nadie te dijera que el fin del mundo está a la vuelta de tu esquina!

Acá, desde que te llevaste el sol nos humedecemos todos
Ciudad grisáldica de musgos en la piel
Ciudad escuálida que se acuesta a leer -con epilepsia- el Código Da Vinci,
por más que insistamos en cronopios Cortazianos

Whitman,
Borges,
-por último- nuestro Lezama

Ciudad estúpidualizada
pintas bolitas de marihuana verderoja
para colgarlas navideñamente en las bolas de Rodolfo el Reno

Por cada extraño mar con que te acuestas
desde el fondo de mí saco un día nuevo
salgo sin paraguas para que un rayo me raje mi ardiente decencia y poder darle besos a las calles que gritan tu contráctil contoneo
¿Llegarás oceánico y con la asepsia de todos los mares?
ochocientos,
mil trescientos,
un millón ciento cincuenta mares,

Mi Mare Mágnum
¿pero quién coño te dijo que podías irte donde los sueños esteparios!
ahora, tu ciudad insomne y moribunda no podrá reconocerte
sólo te quedará mi profético encuentro
amartelado en pálidos moteles
recordando en sepia las tantas fiestas de amor que tuvimos
por los siglos de los siglos.

¡Amémonos NUNCA!

Para que nada –nuevamente- nos amarre a tus besos de DAR AMOR
tendrás que llegar turquesamente líquido,

acuario,
sal,
caribe,
mar de todos los mares,
para que esta ciudad grisáldica
musguienta
escuálida
se pudra o se vaya al carajo!
que es lo mismo que decir: que se paralice para siempre
y
–POR FIN- entiendas que el –MAR- sin mí no es –AGUA-.

Anastasia Expósito

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