Por: Anastasia Expósito
Su influencia en la sociedad cubana
En Cuba los árabes dejaron su presencia en las diversas esferas de la vida socio-política y cultural de la ínsula: más de una docena de ellos participaron activamente en las luchas independentistas alcanzando distintos grados militares; igualmente en las luchas insurreccionales de la época neocolonial, los nombres de muchos descendientes se inscriben en el martirologio patrio. Los científicos arabos hablantes y sus sucesores legaron imperecederos logros en diferentes disciplinas médicas, y en el campo artístico se aprecian sus éxitos en la música, la plástica y la poesía sin perder de vista aquellos que sobresalieron en la abogacía y la enseñanza filosófica y que ganaron gran prestigio a nivel internacional. Agrupación institucional de los árabes y sus actuales descendientes
Actualmente en nuestra isla, los inmigrantes árabes y sus descendientes se congregan en la Unión Árabe de Cuba, asociación no gubernamental constituida oficialmente el 4 de abril de 1979, como resultado de la unificación de la Sociedad Libanesa de la Habana, la Sociedad Centro Árabe y la Sociedad Palestina Árabe de Cuba. Dicha fusión significó el cumplimiento de un viejo anhelo de los directivos de dichas entidades: unificar la familia árabe en Cuba y desarrollar una mejor labor en la promoción y divulgación de la identidad, tradiciones y cultura árabes. Esta asociación es miembro activo y destacado de la Federación de Entidades Árabes de América Latina (FEARAB-AMÉRICA). Otra importante institución para la comunidad cubano-árabe es la Casa de los Árabes de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana “Eusebio Leal” fundada por él en 1983, para dar a conocer el patrimonio cultural árabe en la isla. En sus espacios contiene un museo etnográfico con novedosa exposición memorial de la inmigración árabe en Cuba.
Patrimonio cultural árabe en Cuba
Muestra del acervo cultural de lo árabe en Cuba, son los palacios y hoteles de renombre, los tapices con escenas de beduinos, objetos y estatuas alusivos a la cultura del Islam. Se unen biblias y coranes en lengua árabe conservados como recuerdos por los propios descendientes, sin dejar de mencionar el laúd, instrumento oriundo del mundo árabe que se ha incorporado a nuestra música popular.
El Islam en Cuba
“Recuérdame y Yo te recordaré”
(Corán 2:152)
(Corán 2:152)
Más de ocho siglos de dominación árabe e islámica en la Península Ibérica nos legó una cultura prodigiosa; visible en la sabiduría científica, las artes, la arquitectura, la música, los números indo-arábigos, la utilización de la brújula, así como la riqueza de nuestro lenguaje con más de 8000 términos. Estos son algunos ejemplos de cómo la influencia árabe en nuestros países va desde el más grande preciosismo hasta las costumbres más simples, como son la higiene, el vestir, el perfumarse, la sazón de nuestras comidas, el arraigado hábito del café, entre otras manifestaciones.
Con respecto a la preponderancia árabe en Sudamérica y el Caribe, Alejo Carpentier se expresaba así en una de las pocas entrevista que ofrecía: “…un hecho de extrema importancia, que no ha sido nunca estudiado: la influencia de la cultura musulmana en el mundo del Caribe. ¿Sabía usted que en el acto de fundación de las cuatro primeras catedrales de América Latina, estaba estipulado que los oficios debían ser cantados en mozárabe? Esto ocurrió en Santo Domingo, Cuba, en Caracas y en Puebla de los Ángeles. Luego, se oyeron ritmos mozárabes que solo existen en España, en Toledo o en Sevilla. Esto está mucho más próximo al calipso que al canto gregoriano.
…Es necesario partir de cero, de nuevo. Hablar de una civilización en el Caribe, con ese lado vago con el que se habla de la civilización occidental... ¿Dónde comienza y dónde termina la famosa civilización occidental? ¿Cuáles son sus límites y sus características?”
¿Pero quién es esa civilización tan mixturada con la nuestra? En uno de sus libros más conocidos, Maxime Rodinson (1915-2004), lingüista, especialista en una treintena de lenguas y dialectos y escritor prolífico, titulado “Los árabes”, expresa lo difícil que es definirlos. ¿Debemos considerar a los árabes una etnia, una nación o un pueblo? Esos son términos importantes y confusos cuando se trata de buscar a la palabra “Árabes” un significado correcto y aceptado por todos.
Según el autor, los árabes son una etnia. Prefiere este término a nación o pueblo, para referirse a los árabes por ser el menos susceptible, al menos en el idioma francés, de prestarse a confusiones con otros conceptos próximos. “Podemos considerar dentro de ciertos límites discutibles pero válidos como árabes a todos aquellos que creen que el árabe es su lengua natural, aunque en algunos casos no lo hablan. Son árabes también aquellos que se identifican con el patrimonio árabe y lo reivindican con su historia y sus rasgos culturales. “
Con respecto a la preponderancia árabe en Sudamérica y el Caribe, Alejo Carpentier se expresaba así en una de las pocas entrevista que ofrecía: “…un hecho de extrema importancia, que no ha sido nunca estudiado: la influencia de la cultura musulmana en el mundo del Caribe. ¿Sabía usted que en el acto de fundación de las cuatro primeras catedrales de América Latina, estaba estipulado que los oficios debían ser cantados en mozárabe? Esto ocurrió en Santo Domingo, Cuba, en Caracas y en Puebla de los Ángeles. Luego, se oyeron ritmos mozárabes que solo existen en España, en Toledo o en Sevilla. Esto está mucho más próximo al calipso que al canto gregoriano.
…Es necesario partir de cero, de nuevo. Hablar de una civilización en el Caribe, con ese lado vago con el que se habla de la civilización occidental... ¿Dónde comienza y dónde termina la famosa civilización occidental? ¿Cuáles son sus límites y sus características?”
¿Pero quién es esa civilización tan mixturada con la nuestra? En uno de sus libros más conocidos, Maxime Rodinson (1915-2004), lingüista, especialista en una treintena de lenguas y dialectos y escritor prolífico, titulado “Los árabes”, expresa lo difícil que es definirlos. ¿Debemos considerar a los árabes una etnia, una nación o un pueblo? Esos son términos importantes y confusos cuando se trata de buscar a la palabra “Árabes” un significado correcto y aceptado por todos.
Según el autor, los árabes son una etnia. Prefiere este término a nación o pueblo, para referirse a los árabes por ser el menos susceptible, al menos en el idioma francés, de prestarse a confusiones con otros conceptos próximos. “Podemos considerar dentro de ciertos límites discutibles pero válidos como árabes a todos aquellos que creen que el árabe es su lengua natural, aunque en algunos casos no lo hablan. Son árabes también aquellos que se identifican con el patrimonio árabe y lo reivindican con su historia y sus rasgos culturales. “
Al margen de esta enunciación, lo que sí está definido es que los árabes son transportadores de casi diez mil años de historia con un inmenso caudal de cultura y es esta la razón por lo que se les considera entre los que más han contribuido a la civilización universal.
Conocedores y especialistas en esta cultura, además, afirman que los árabes han mostrado y muestran cualidades en su comportamiento diario, como una gran humanidad, inteligencia, sensibilidad, afectuosidad, que según ellos, merecen la estima de las demás colectividades humanas.
El arribo a nuestras tierras
Una larga distancia geográfica no impidió que llegaran a nuestras tierras. Historiadores occidentales aseguran que el arribo de árabes a Sudamérica y el Caribe, en sus inicios, se produjo en 1492 a través de la conquista de españoles, portugueses, y posteriormente en la introducción de esclavos del África Musulmana, pero estudiosos orientales hablan de una presencia musulmana 200 años antes de Colón, cuando el emperador mandinga Abu Bakr dejaba la ciudad de Timbuctú, y se hacía a la mar, hacia el continente americano con más de mil barcos.
Se cree que los investigadores del Imperio Mandinga detectaron lo que hoy ya se conoce: que hay tres poderosas corrientes que corren de África hacia las Américas y que un barco sin motor puede ser arrastrado por ellas. Una información que creen ha sido omitida en la historiografía occidental porque pondría en contradicción la historia ya creada y defendida, sin embargo vestigios como las inscripciones y escrituras en la antigua ciudad de Salvador de Bahía y Minas Gerais, en Brasil, y en la costa de Perú, pueden ser las pruebas fehacientes de que los mandingas visitaron estas tierras.
Conocedores y especialistas en esta cultura, además, afirman que los árabes han mostrado y muestran cualidades en su comportamiento diario, como una gran humanidad, inteligencia, sensibilidad, afectuosidad, que según ellos, merecen la estima de las demás colectividades humanas.
El arribo a nuestras tierras
Una larga distancia geográfica no impidió que llegaran a nuestras tierras. Historiadores occidentales aseguran que el arribo de árabes a Sudamérica y el Caribe, en sus inicios, se produjo en 1492 a través de la conquista de españoles, portugueses, y posteriormente en la introducción de esclavos del África Musulmana, pero estudiosos orientales hablan de una presencia musulmana 200 años antes de Colón, cuando el emperador mandinga Abu Bakr dejaba la ciudad de Timbuctú, y se hacía a la mar, hacia el continente americano con más de mil barcos.
Se cree que los investigadores del Imperio Mandinga detectaron lo que hoy ya se conoce: que hay tres poderosas corrientes que corren de África hacia las Américas y que un barco sin motor puede ser arrastrado por ellas. Una información que creen ha sido omitida en la historiografía occidental porque pondría en contradicción la historia ya creada y defendida, sin embargo vestigios como las inscripciones y escrituras en la antigua ciudad de Salvador de Bahía y Minas Gerais, en Brasil, y en la costa de Perú, pueden ser las pruebas fehacientes de que los mandingas visitaron estas tierras.
El caso del Caribe, especialmente Cuba, un antiguo referente de la presencia árabe en la isla aparece en los libros bautismales de la Catedral de La Habana en el siglo XVI, lo que permite sugerir que con los conquistadores españoles llegaron los árabes conversos al cristianismo llamados también “marranos” aun así, tuvieron la oportunidad de expresar sus imaginarios religiosos a través de las artes y la arquitectura. Un detalle curioso es que gran parte de los edificios de La Habana Vieja están orientados hacia la Meca.
A partir del siglo XVIII llegan a América musulmanes de los grupos mandinga, ashanti, karomanti y fulani. Por supuesto también vienen a Cuba. Estos esclavos musulmanes tenían más desarrollo intelectual y social, incluso algunos sabían leer y escribir el árabe y hasta poseían conocimientos de muchas materias, entre ellas la medicina -no olvidemos que los árabes tenían la habilidad de mezclar medicamentos- por lo que muchos fueron utilizados como médicos, especialmente en Jamaica. Testimonio de esto nos lo brinda Fernando Ortiz, quien comprobó la presencia berberisca a través de esclavos negros llegados a Cuba en 1568.
Con el siglo XIX y XX vino otra oleada a América y al Caribe. Eran árabes que venían de Siria, Líbano, Palestina y otros países musulmanes. Con ellos vendría de nuevo el Islam, pero no en la totalidad de los inmigrantes, ya que muchos de ellos profesaban el Cristianismo.
Dato curioso sobre su estirpe, no exactamente actualizado, es que hoy día en nuestra América se calcula que sus descendientes alcanzan a ser en Brasil más de 10 millones; en Chile hay más de 300.000 sucesores de palestinos y en Argentina se estima que un 10 por ciento de la población es de origen árabe.
Estampa árabe en la Isla
Desde mediados del siglo XIX hasta la primera del XX, se produce la entrada de libaneses, palestinos, sirios y en menor escala de egipcios, libios, argelinos y yemenitas, que marca el momento histórico de la presencia árabe en suelo cubano. Las estadísticas migratorias prueban que entre 1906 y 1913 un 30% de los árabes que llegan a Cuba venían directamente de la denominada Turquía Asiática, y otros grupos de países europeos y de toda América.
Dato curioso sobre su estirpe, no exactamente actualizado, es que hoy día en nuestra América se calcula que sus descendientes alcanzan a ser en Brasil más de 10 millones; en Chile hay más de 300.000 sucesores de palestinos y en Argentina se estima que un 10 por ciento de la población es de origen árabe.
Estampa árabe en la Isla
Desde mediados del siglo XIX hasta la primera del XX, se produce la entrada de libaneses, palestinos, sirios y en menor escala de egipcios, libios, argelinos y yemenitas, que marca el momento histórico de la presencia árabe en suelo cubano. Las estadísticas migratorias prueban que entre 1906 y 1913 un 30% de los árabes que llegan a Cuba venían directamente de la denominada Turquía Asiática, y otros grupos de países europeos y de toda América.
El mayor porcentaje de esta inmigración correspondió a los libaneses, que salían de sus tierras por la profunda crisis económica que devastó a los productores nativos y también por las contradicciones con el Imperio Otomano que generaron el descontento de las comunidades cristianas, en particular los maronitas. Los palestinos emigraron fundamentalmente en la etapa posterior a la Primera Guerra Mundial. Sólo entre 1920 y 1931 los censos recogen la entrada a Cuba de 9.337 árabes del Mediterráneo Oriental.
Asentamiento y actividad
Los lugares preferidos para el asentamiento árabe fueron las regiones urbanas de la Isla, las zonas comerciales, y los pueblos con desarrollo de la industria azucarera y la actividad ganadera. Las ocupaciones principales fueron la venta ambulante, el comercio textil minorista especializado en confecciones de ropa, quincallas, joyerías, tiendas de tejidos y almacenes de importación, así como sastrería y restaurantes. Las áreas urbanas más importantes para la elección de residencia fueron las ciudades de La Habana y Santiago de Cuba, puertos de arribo de los arabos hablantes.
Los lugares preferidos para el asentamiento árabe fueron las regiones urbanas de la Isla, las zonas comerciales, y los pueblos con desarrollo de la industria azucarera y la actividad ganadera. Las ocupaciones principales fueron la venta ambulante, el comercio textil minorista especializado en confecciones de ropa, quincallas, joyerías, tiendas de tejidos y almacenes de importación, así como sastrería y restaurantes. Las áreas urbanas más importantes para la elección de residencia fueron las ciudades de La Habana y Santiago de Cuba, puertos de arribo de los arabos hablantes.
Los principales barrios elegidos fueron los del centro de la ciudad de La Habana (Centro Habana) y los del Centro Histórico, pero también residieron otros como Marianao, Santa Amalia, Reparto Juanelo, Regla, y en pueblos de la actual provincia de La Habana (Güines, Bejucal, Quivicán y Bauta). En las provincias orientales además de Santiago las áreas preferidas fueron Guantánamo, Cueto, Manzanillo, Holguín, y Las Tunas. En Camagüey se agruparon en Guáimaro, Minas, Morón, Sola, Esmeralda, Santa Cruz del Sur y Ciego de Ávila. En el resto del país se comprobaron asentamientos en Santa Clara, Cabaiguán, Sagua la Grande, Matanzas, Cárdenas y Pinar del Río.
Práctica litúrgica
El bloque de inmigrados árabes se distinguió por la diversidad confesional propia de la región de origen: cristianos maronitas, ortodoxos, melkitas, asirios caldeos y asirios nestorianos, latinos, musulmanes sunitas, chiitas y drusos. Los más activos en su práctica litúrgica fueron los maronitas quienes contaron con cuatro párrocos de su rito en La Habana, que realizaban las misas en lengua árabe en las Parroquias capitalinas de San Judas y San Nicolás, Jesús, Maria y José, y Santo Cristo del Buen Viaje. También los maronitas oficiaron en bodas, bautizos y defunciones de los miembros de la comunidad cristiano árabe de Cuba.
Práctica litúrgica
El bloque de inmigrados árabes se distinguió por la diversidad confesional propia de la región de origen: cristianos maronitas, ortodoxos, melkitas, asirios caldeos y asirios nestorianos, latinos, musulmanes sunitas, chiitas y drusos. Los más activos en su práctica litúrgica fueron los maronitas quienes contaron con cuatro párrocos de su rito en La Habana, que realizaban las misas en lengua árabe en las Parroquias capitalinas de San Judas y San Nicolás, Jesús, Maria y José, y Santo Cristo del Buen Viaje. También los maronitas oficiaron en bodas, bautizos y defunciones de los miembros de la comunidad cristiano árabe de Cuba.
Su influencia en la sociedad cubana
En Cuba los árabes dejaron su presencia en las diversas esferas de la vida socio-política y cultural de la ínsula: más de una docena de ellos participaron activamente en las luchas independentistas alcanzando distintos grados militares; igualmente en las luchas insurreccionales de la época neocolonial, los nombres de muchos descendientes se inscriben en el martirologio patrio. Los científicos arabos hablantes y sus sucesores legaron imperecederos logros en diferentes disciplinas médicas, y en el campo artístico se aprecian sus éxitos en la música, la plástica y la poesía sin perder de vista aquellos que sobresalieron en la abogacía y la enseñanza filosófica y que ganaron gran prestigio a nivel internacional. Agrupación institucional de los árabes y sus actuales descendientes
Actualmente en nuestra isla, los inmigrantes árabes y sus descendientes se congregan en la Unión Árabe de Cuba, asociación no gubernamental constituida oficialmente el 4 de abril de 1979, como resultado de la unificación de la Sociedad Libanesa de la Habana, la Sociedad Centro Árabe y la Sociedad Palestina Árabe de Cuba. Dicha fusión significó el cumplimiento de un viejo anhelo de los directivos de dichas entidades: unificar la familia árabe en Cuba y desarrollar una mejor labor en la promoción y divulgación de la identidad, tradiciones y cultura árabes. Esta asociación es miembro activo y destacado de la Federación de Entidades Árabes de América Latina (FEARAB-AMÉRICA). Otra importante institución para la comunidad cubano-árabe es la Casa de los Árabes de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana “Eusebio Leal” fundada por él en 1983, para dar a conocer el patrimonio cultural árabe en la isla. En sus espacios contiene un museo etnográfico con novedosa exposición memorial de la inmigración árabe en Cuba.
Patrimonio cultural árabe en Cuba
Muestra del acervo cultural de lo árabe en Cuba, son los palacios y hoteles de renombre, los tapices con escenas de beduinos, objetos y estatuas alusivos a la cultura del Islam. Se unen biblias y coranes en lengua árabe conservados como recuerdos por los propios descendientes, sin dejar de mencionar el laúd, instrumento oriundo del mundo árabe que se ha incorporado a nuestra música popular.
El Islam en Cuba
El inicio del Islam en Cuba, se remonta al ingreso de los nuevos árabes en los siglos XIX y XX , con ellos vendría el Islam. Desafortunadamente para ellos, no llegan a construirse mezquitas en el país.
La más antigua conversión de un cubano a la fe islámica fue en 1990, por ese entonces no llegaban a diez los musulmanes cubanos, pero 1992 es el año de una mayor conversión, al hacer el Islam un llamado a todas las personas en Cuba que sean capaces de entender su mensaje. Esta catecúmena labor, en sus primeros momentos, fue realizada por diplomáticos y estudiantes musulmanes, luego fueron las misiones islámicas procedentes de la región del Golfo Pérsico, específicamente de los Emiratos Árabes y Qatar, las encargadas de trasmitir la fe más allá de la ciudad de La Habana hasta llegar a nuestras provincias más lejanas. El permiso para estas misiones fue otorgado por la embajada de Cuba en sus países, otros pequeños grupos han venido en condiciones de turistas y se han movido hacia otras provincias.
Las misiones traen consigo sus libros de oraciones y dan charlas sobre la cultura y filosofía islámicas. En su adoctrinamiento, acentúan la importancia de la oración y les piden a los conversos que aprenda por lo menos tres Suras pequeñas, las tres últimas del Corán, la Sura Fatiha y sepan hacer las prosternaciones.
Las misiones traen consigo sus libros de oraciones y dan charlas sobre la cultura y filosofía islámicas. En su adoctrinamiento, acentúan la importancia de la oración y les piden a los conversos que aprenda por lo menos tres Suras pequeñas, las tres últimas del Corán, la Sura Fatiha y sepan hacer las prosternaciones.
El Islam y la convivencia con el sistema comunista cubano
El grupo cubano de musulmanes es reconocido en algunos países como el Comité para el Llamado Islámico de la Mezquita Central de La Habana. Sin embargo, no así para el gobierno cubano que les exigió su legalización. Cuando los musulmanes isleños trataron de efectuar su inscripción en el Registro de Asociaciones, las instituciones estatales informaron que debían esperar a que saliera la Ley de Culto, hasta tanto se les prohibió el ingreso a las habituales salas de oraciones.
En 1994, los musulmanes en Cuba recibieron 40 invitaciones y pasajes para visitar Qatar, 20 serían para cubanos y 20 para extranjeros residentes en el país. De los cubanos sólo uno pudo viajar. También pudieron ir algunas mujeres que se habían casado con palestino y sirios. Un hecho que hace más difícil cualquier movimiento hacia La Meca es que en Cuba no hay embajada de Arabia Saudita y cualquier trámite tiene que hacerse a través de otros países.
No queda otra que rezar en casa
Para los seguidores del Islam en Cuba, la construcción de una mezquita es un elemento importante para la joven comunidad musulmana cubana. “Un local nos ayudaría a reunir a todos y a emprender una mayor labor de perfeccionamiento, pues entonces podrían impartirse cursos de teología, de idioma árabe, de lectura del Corán, es decir, una escuela coránica o madrasa.”
Intereses y proposiciones de erigir una mezquita se han hecho presente a través de personas, colectivos, organizaciones y países, extranjeros todos. Faltaría que Cuba diera su autorización para que estas agrupaciones pusieran el dinero necesario para la obra.
El Sheikh Muhammad Al-Aboudy Assistant Secretary-General de la Liga del Mundo Musulmana , en su último discurso en La Habana instó al gobierno de Cuba a que responda positivamente a la demanda de establecer una organización islámica que cuide los asuntos de la comunidad musulmana de Cuba.
Afirmó, también que una comisión de la liga visitó el país y trató con las autoridades locales la invitación de fortalecer las relaciones entre Cuba y los musulmanes en el mundo, así como consolidar las relaciones culturales entre Cuba y los países islámicos.
El grupo cubano de musulmanes es reconocido en algunos países como el Comité para el Llamado Islámico de la Mezquita Central de La Habana. Sin embargo, no así para el gobierno cubano que les exigió su legalización. Cuando los musulmanes isleños trataron de efectuar su inscripción en el Registro de Asociaciones, las instituciones estatales informaron que debían esperar a que saliera la Ley de Culto, hasta tanto se les prohibió el ingreso a las habituales salas de oraciones.
En 1994, los musulmanes en Cuba recibieron 40 invitaciones y pasajes para visitar Qatar, 20 serían para cubanos y 20 para extranjeros residentes en el país. De los cubanos sólo uno pudo viajar. También pudieron ir algunas mujeres que se habían casado con palestino y sirios. Un hecho que hace más difícil cualquier movimiento hacia La Meca es que en Cuba no hay embajada de Arabia Saudita y cualquier trámite tiene que hacerse a través de otros países.
No queda otra que rezar en casa
Para los seguidores del Islam en Cuba, la construcción de una mezquita es un elemento importante para la joven comunidad musulmana cubana. “Un local nos ayudaría a reunir a todos y a emprender una mayor labor de perfeccionamiento, pues entonces podrían impartirse cursos de teología, de idioma árabe, de lectura del Corán, es decir, una escuela coránica o madrasa.”
Intereses y proposiciones de erigir una mezquita se han hecho presente a través de personas, colectivos, organizaciones y países, extranjeros todos. Faltaría que Cuba diera su autorización para que estas agrupaciones pusieran el dinero necesario para la obra.
El Sheikh Muhammad Al-Aboudy Assistant Secretary-General de la Liga del Mundo Musulmana , en su último discurso en La Habana instó al gobierno de Cuba a que responda positivamente a la demanda de establecer una organización islámica que cuide los asuntos de la comunidad musulmana de Cuba.
Afirmó, también que una comisión de la liga visitó el país y trató con las autoridades locales la invitación de fortalecer las relaciones entre Cuba y los musulmanes en el mundo, así como consolidar las relaciones culturales entre Cuba y los países islámicos.
Al-Aboudy, reconoció que actualmente los musulmanes en Cuba realizan sus oraciones en casa, porque no hay ninguna mezquita en la que ellos se puedan congregar para las oraciones, mientras las que actualmente se realizan en público son las Oraciones del viernes efectuadas en un lugar conocido como La Casa árabe, donde se impide entrar a los cubanos.
Esta Casa Árabe que actualmente sirve de recinto litúrgico, perteneció a una rica familia árabe que había vivido en Cuba en los años cuarenta, y se construyó bajo planos arquitectónicos andaluces. La Casa abarca un museo árabe, un restaurante árabe, y el lugar se usa por los diplomáticos musulmanes para las Oraciones del viernes, pero no está permitida la entrada de musulmanes cubanos. A pesar que Qatar donó $ 40.000 dólares para su remodelación, la Casa Árabe, sólo abre los viernes para las oraciones del Yuma y durante tres horas.
La comunidad islámica cubana cuenta aproximadamente con unas 550 personas inscriptas en sus registros. De ellas, la mayor parte radica en Ciudad de La Habana, 382, seguida por Camagüey con 48, Isla de la Juventud, 40, Villa Clara, 34, Santiago de Cuba, 22, Matanzas, 18, y una docena en Cienfuegos. Todos deben hacer sus oraciones en casa ya que el estado cubano no permite la construcción de mezquitas, tampoco cuenta con una organización musulmana para proteger los intereses de musulmanes cubanos.
Al- Aboudy, hizo una presentación oficial al gobierno cubano sobre el edificio de una mezquita en La Habana, y explicó a ellos la importancia de una mezquita en la vida de un musulmán, sin que esto interfiera en la política del país.
Según declaraciones del Secretario de la Liga Árabe, la respuesta del gobierno fue: “Esto es imposible, porque una vez que el gobierno cubano acepte una organización islámica, también tendrá que aceptar la existencia de otras organizaciones religiosas denominaciones religiosas, como el cristianismo donde el catolicismo es el 90 % de la población.”
Mezquita Turística en Cuba al antojo de Fidel
Esta Casa Árabe que actualmente sirve de recinto litúrgico, perteneció a una rica familia árabe que había vivido en Cuba en los años cuarenta, y se construyó bajo planos arquitectónicos andaluces. La Casa abarca un museo árabe, un restaurante árabe, y el lugar se usa por los diplomáticos musulmanes para las Oraciones del viernes, pero no está permitida la entrada de musulmanes cubanos. A pesar que Qatar donó $ 40.000 dólares para su remodelación, la Casa Árabe, sólo abre los viernes para las oraciones del Yuma y durante tres horas.
La comunidad islámica cubana cuenta aproximadamente con unas 550 personas inscriptas en sus registros. De ellas, la mayor parte radica en Ciudad de La Habana, 382, seguida por Camagüey con 48, Isla de la Juventud, 40, Villa Clara, 34, Santiago de Cuba, 22, Matanzas, 18, y una docena en Cienfuegos. Todos deben hacer sus oraciones en casa ya que el estado cubano no permite la construcción de mezquitas, tampoco cuenta con una organización musulmana para proteger los intereses de musulmanes cubanos.
Al- Aboudy, hizo una presentación oficial al gobierno cubano sobre el edificio de una mezquita en La Habana, y explicó a ellos la importancia de una mezquita en la vida de un musulmán, sin que esto interfiera en la política del país.
Según declaraciones del Secretario de la Liga Árabe, la respuesta del gobierno fue: “Esto es imposible, porque una vez que el gobierno cubano acepte una organización islámica, también tendrá que aceptar la existencia de otras organizaciones religiosas denominaciones religiosas, como el cristianismo donde el catolicismo es el 90 % de la población.”
Mezquita Turística en Cuba al antojo de Fidel
Paradojalmente sí existe una mezquita en Cuba, pero no necesariamente para rezar. Se trata de una pieza arquitectónica “Restaurante El Árabe” con capacidad simultánea para 60 comensales que fue edificada en 1974, a raíz de una visita de Fidel Castro por el paraje árabe. Ubicada en el Mirador de las Escaleras de Jaruco a 50 kilómetros al Este de la capital habanera, esta construcción evoca una mezquita árabe con detalles de arte mudéjar, arcos, azulejos, celosías, decoraciones florales y motivos característicos de esta civilización. Los especialistas del Consejo de Patrimonio y de la Oficina de Monumentos de la provincia de La Habana decidieron, en propuesta única, nominarla para el Premio Nacional de Conservación.
en chile hay una mesquita y algunos fieles, buscando se encuentran, por ejemplo
ResponderEliminarnosomosassi.blogspot.com
Que interesante, a veces tendemos a pensar que estamos aqui por generación espontánea cuando somos el resultado de una lenta y rica cocción de muchas culturas.
ResponderEliminarEncantada por compartir desde México, ¡un gran saludo!