La Muchacha Recostada en La Columna

Por: Anastasia Expósito

Se viste de azul. El borde de su cuerpo; más de sesenta kilómetros de azul en sus costas. Sus párpados son el cielo celeste, cuando los cierra, se hace la noche y de un azul marino cuelgan estrellas. Misteriosa, llena de historias vivientes. Quien la vive soñará por siempre con ella. Ciudad de callejuelas, a veces maloliente, otras perfumadas de jazmines y laureles. La Habana, la vieja, la nueva, la amada, la bella. Esa es mi Habana, la Habana de todos los cubanos.
Al norte, limita con la Florida, donde la nostalgia de muchos por ella logra crear un pedacito de remembranza en el exilio cubano, llamado “La pequeña Habana”.
Como urbe es la mayor extensión de todas las urbes del país y la más populosa, acoge a más del 20% de la población (est.2.350.000 habitantes). Como provincia es la más pequeña de sus hermanas. Dividida en 15 municipios, nueve de ellos son urbanos. Su economía actual se sustenta en la industria, el comercio, los servicios y el turismo.
La bañan más de 60 kilómetros de costa de los cuales 12 son de playas turquesas, arenas finas y blancas. Su bahía es una de la más grande y segura de América y del mundo. Su forma de bolsa les ofrece seguridad a los barcos que en ella encallan. También es una de las más contaminadas del mundo por la cantidad de desechos de la ciudad que se destinan es sus aguas. Ante esta problemática se han creado varios proyectos de recuperación ambiental para la Bahía de La Habana, que incluyen recogida de desechos sólidos, dragado del fondo, una planta de tratamiento de residuales y el uso de bacterias especializadas en la descomposición del petróleo, uno de los más importantes contaminantes.[]
Apetecida
Diego de Velázquez la fundó en 1514 y la bautizó Villa de San Cristóbal, pero no fue hasta 1519 que se oficializa su fundación, a la sombra de una gran Ceiba (árbol sagrado de Cuba). El nombre de Habana, según coinciden la mayoría de sus historiadores, se le otorga por un cacique llamado Habaguanex, gobernante de tierras desde Matanza hasta el Mariel y que se opuso a la expansión de los españoles en sus tierras.
Fue el cruce oceánico de las grandes flotas que llevaban riquezas del nuevo mundo hacia el imperio Español, lo que trajo como consecuencia un acelerado desarrollo con respecto a las demás villas y es así que el 14 de febrero de 1553 se declara capital de la isla cuando la Audiencia de Santo Domingo ordenó que el gobernador viviera en la Villa de San Cristóbal de La Habana, aunque no fue hasta 1602 que se reconociera como tal. Años más tarde, el 20 de diciembre de 1592 se le otorga el título de Ciudad.
Porque es ella es mujer, cual mujer, fue codiciada por los hombres, piratas y galeones enemigos de la Corona Española, querían poseerla. Por su importancia estratégica y por sus riquezas era la niña de los ojos de entre todas las colonias. Los Reyes por mandato la suscriben como “La Llave del Nuevo Mundo y Antemural de las Indias Occidentales.
Como un Ave Fénix, resurgió en varias ocasiones de los escombros y cenizas, reducida por piratas y corsarios franceses durante la primera mitad del siglo XVI. Para protegerla de tantas arremetidas en 1561 la Corona construye defensas militares a la entrada de la bahía de la Habana y en sitios estratégicos hasta convertirla en la ciudad mejor defendida del Nuevo Mundo. Aún pueden apreciarse las edificaciones Torreón de San Lázaro, El Morro de La Habana, la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña, El Castillo de Atarés y otros elementos dedicados a la protección del puerto y la ciudad.
Otro motivo de fortificación de la ciudad, fue la toma de la Habana por los ingleses. Una armada británica, con más de 50 navíos y 14.000 hombres entraron a la bahía el 6 de junio de 1762. La Habana cayó tras de dos meses de sitio. Sir Georges Keppel toma posesión de la ciudad y la gobierna durante once meses hasta mediados de 1783 en que devuelven la ciudad a los españoles a cambio de la Florida.
La parisina de las Antillas
Como España ya no tenía el monopolio del comercio, la Habana se convierte en 1818 en puerto libre y por ende en una ciudad más floreciente que nunca. Se viste de lujo y voluptuosidad. Era el último grito de la moda, los teatros recibían a los mejores actores del momento, la burguesía enriquecida hacía construir esplendidas mansiones con columnas, se le denominaba el París de las Antillas.
Más de 51 km de ferrocarril se inauguran en 1837, como aún Cuba pertenecía a España, la madre patria se convierte por ese entonces en el quinto país del mundo en tener ferrocarril y el primero de habla hispana. Se abre el siglo XIX y la Habana se enriquece con centros culturales como el Teatro Tacón uno de los más lujosos del mundo, el Liceo Artístico y Literario, el teatro Coliseo.
Hacia la década de 1850, Cuba era más rica que nunca. El azúcar, el ferrocarril, la industria tabacalera, produjeron una pujante economía y el país llegó a ser enormemente rico. Para 1860 la Habana era reflejo de riqueza y prosperidad y tres años después las murallas de la ciudad fueron derribadas para que pudiera ampliarse la urbe y construirse nuevos y esplendidos edificios. A fines del siglo XIX, las clases acomodadas se trasladaron al elegante barrio del Vedado y construyeron quintas y palacetes.
La americanizada
La agonía de la colonización española en América, termina después de dos guerras de independencia lanzada por los patriotas cubanos (mambises) cuando el acorazado estadounidense Maine es un hundido accidentalmente en el puerto de la Habana, dando a los Estados Unidos el pretexto para invadir la isla. El cambio de siglo transcurre en La Habana, y por lo tanto en Cuba, bajo la ocupación y el gobierno de los Estados Unidos y el 20 de mayo de 1902, pasan los poderes del gobierno a manos cubanas, cuando simbólicamente se iza la bandera de Narciso López, y enseña nacional, en el Castillo de los Tres Reyes del Morro, pero hasta 1959 la influencia de los Estados Unidos será constante y decisiva, sobre todo económicamente. Bajo la influencia estadounidense, la ciudad creció y se enriqueció con numerosos edificios en los años 30, cuando se construyen suntuosos hoteles, casinos y esplendidos clubes nocturnos. Ejemplos de estas construcciones están el Focsa, el Habana Libre (como es nombrado actualmente) y el Hotel Nacional de Cuba.
Cuerpo de sensual arquitectura
Su incipiente arquitectura de la época fue realizada con materiales propios de la isla como la madera con una combinación de estilos traídos de la Península Ibérica y de Canarias.
Barroca
La mayoría de los ejemplos de arquitectura temprana puede verse en las fortificaciones militares como La Fortaleza de San Carlos de la Cabaña (1558 - 1577) diseñada por Juan Antonelli y del Castillo del Morro (1589 - 1630). Este se asienta a la entrada de la Bahía de La Habana y proporciona una visión en la supremacía y riqueza de ese momento. La Habana Vieja también era protegida por una pared defensiva empezada en 1674, pero ya tenía anormalmente crecido sus límites cuando se completó en 1767, mientras se iniciaba el nuevo barrio de Centro Habana.
Puede verse la influencia de los estilos diferentes y culturas en la arquitectura colonial de La Habana, con un rango diverso de moro, español, italiano, griego y romano. La catedral de La Habana (1748 -1777) dominando la Plaza del la Catedral (1749) es el mejor ejemplo del Barroco cubano. Rodeándola están los palacios de los Condes de Casa-Bayona (1720 -1746) Marqueses de Arcos (1746) y los Marqueses de Aguas Claras (1751 -1775).
Neoclásica
Comenzado en 1859 la construcción del Vedado (barrio) fue la cresta del Neoclasicismo. Las grandes riquezas incitaron estilos arquitectónicos influenciados desde el extranjero. En 1925 Jena-Claude Nicolás Forestier la cabeza de la planificación urbana en París movió a la Habana durante cinco años al colaborar con arquitectos y diseñadores del paisaje, su objetivo era crear un equilibrio armónico entre el formulario construido clásico y el paisaje tropical.
Art Nouveau-Deco-Eclético
Al inicio del siglo XX La Habana, junto con Buenos Aires, es la más grande y más importante ciudad latinoamericana en lo que se refiere a la arquitectura. Este período del estampido conocido como (las vacas gordas) demuestra ejemplos grandes de edificios de las influencias internacionales de Art Nouveau, Deco y Ecléctico. Sus suburbios se desarrollaron en lo que nosotros vemos hoy como Miramar, Marianao, Vedado y Playa. El Miramar lujuriante y adinerado estaba fijo en el modelo de la reja callejero americano y se volvió después de 1959 en barrio de diplomáticos y extranjeros. La Terminal Central de Ferrocarril (1912), la Universidad de La Habana (1906 -1940) y el Capitolio (1926 - 1929) son ejemplo del estilo de Nouveau . El domo de Capitolio está a 62 metros y era punto más alto en la ciudad y un ejemplo de la influencia y riqueza que derivan de EE.UU. en el momento. El López Serrano se construyó en 1932 por Ricardo Mira fue el primer edificio alto en Cuba y se inspiró en el Centro de Rockefeller en Nueva York. Su influencia del plan puede verse en muchos edificios en Miami y Los Ángeles. El Edificio Bacardi (1930) es uno de los más grandes edificios de La Habana y es el mejor ejemplo de Art Deco. Localizado en una loma pequeña que pasa por alto la entrada a la Bahía de La Habana, esta el Hotel Nacional; originalmente construido en 1929-30 a través de un acuerdo de la juntura con el gobierno cubano y EE.UU.
La Moderna
Muchos edificios de oficina y complejos de apartamentos, junto con algunos hoteles aprobados por Fulgencio Batista fueron dramáticamente alterando el skyline. Por consiguiente, el modernismo transformó mucho la ciudad y debe notarse por sus edificios individuales de calidad alta en lugar de sus edificios importantes más grandes. Los ejemplos del último es el Habana Libre (1958), qué antes de la revolución era el Habana Hilton Hotel y El cine de Rampa (1955). Los arquitectos famosos como Walter Gropius, Richard Neutra y Oscar Niemeyer todos atravesaron la ciudad mientras pueden verse las influencias fuertes en La Habana en este momento de Le Corbusier y Ludwig el Mies.
El Edificio Focsa (1956) representa la dominación económica y extranjera de La Habana en el momento. Este complejo de 27 pisos fue concebido y se basó en las ideas de Corbusier de una ciudad autónoma dentro de una ciudad. Contuvo 400 apartamentos, garajes, una escuela, un supermercado, y restaurantes en la cima. Esta era la estructura de concreto más alta en el mundo en el momento (no usando ningún marco de acero). El Hotel Riviera (1957) diseñado por Irving Feldman, sobresaliendo sobre el Malecón en La Habana era otra figura del edificio angular y del futuro en el área de Vedado, impresionante para su era. Cuando abrió, el Riviera era el Casino-hotel construido más grande en Cuba o en cualquier parte del mundo, fuera de Las Vegas (el Habana Hilton, en 1958, superó su tamaño después de un año).
La Cintura de la Ciudad
Es mi amada Habana, la más enamorada, cantada por poetas, trovadores, alabada por escritores e historiadores. ¿Qué habanero no se ha sentado en su cintura a romancear?
El Malecón
Siete kilómetros de muro que acordona y sujeta la cintura de la ciudad de mar y arrecife. Es el lugar propio del habanero. Es nuestro distrito para refrescarnos de todo tipo de sentimientos y sensaciones porque al malecón se va por miles de razones, todas tan de los cubanos mismos, la más importante, el paseo de los enamorados. Un largo muro para pescar, bañarse en sus aguas, jaranear, tomar ron, cantar, excitarse sexualmente, emocionarse con un amanecer, meditar sobre la inmensidad, un muro para saltar cuando se piensa en la cercanía con nuestra familia que está allá enfrente.
La Ciudad de Las Columnas
Inencontrable desde hace más de veinte años, La ciudad de las columnas (1964) es la más desesperada declaración de amor a La Habana hecha por Alejo Carpentier. En vísperas de su centenario, Espasa recupera la obra con prólogo de Eusebio Leal, introducción de Marta Rivera de la Cruz y fotos originales e inéditas. Una fiesta nostálgica y zumbona; imposible celebrar al cubano sin evocar La Habana, “la ciudad de lo inacabado, de lo cojo, de lo asimétrico, de lo abandonado”.
En todos los tiempos fue la calle cubana bulliciosa y parlera, con sus responsos de pregones, sus buhoneros entrometidos, sus dulceros anunciados por campanas mayores que el propio tablado de las pulpas, sus carros de frutas, empenechados de palmeras como procesión en Domingo de Ramos, sus vendedores de cuanta cosa pudieron hallar los hombres, todo en una atmósfera de sainete a lo Ramón de la Cruz antes de que las mismas ciudades engendraran sus arquetipos criollos, tan atractivos ayer en los escenarios de bufos, como, más tarde, en la vasta imaginería -mitología- de mulatas barrocas en genio y figura, negras ocurrentes y comadres presumidas, pintiparadas, culiparadas, paradas en regateos de lucimiento con el viandero de las cestas, el carbonero de carros entoldados a la manera goyesca, el heladero que no trae sorbetes de fresa el día en que sobran los mangos, o aquel otro que eleva, como el Santísimo, un mástil erizado de caramelos verdes y rojos para cambiarlos por botellas. Y, por lo mismo que la calle cubana es parlera, indiscreta, fisgona, la casa cubana multiplicó los medios de aislarse, de defender, en lo posible, la intimidad de sus moradores (…).
Habana Blues (BSO)
Letra la canción Habana Blues
“Hoy, miro a través de ti, las calles de mihabana tu tristeza y tu dolor, reflejan susfachadas, es tu alma y soledad, la voz, la voz deesta nación cansada solos tu y yo, en laciudad dormida solos tu y yo, besando las heridashay habana cada vez te olvidabas más de ti,para apoyar mis sueños pero sé quelastimé tu corazon, jugando con tussentimientos fue la luz, esa que robédejando a oscuras tus deseos, eh, eh solostú y yo, en la ciudad dormida solostú y yo, besando sus heridas habana y tengoque dejarte ir, poniendo el mar entre los dospagando el precio de otros que viven de lacontradicción otra familia que quedómarcada por la separación como luchar, conese sol con la política y con dios”
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