Este sufrimiento que no envejece

Por: Anastasia Expósito
Más allá de las diferencias políticas no hay un solo cubano que no le duela su país en lo más profundo de sí. Fidel y la Revolución envejecen pero este sufrimiento de ciudadanía, se renueva día a día y tendrán que pasar aún muchos años para mitigar este dolor tan enterrado en las siquis cubana. Sin embargo, por cada sol que sale diariamente, los cubanos de “afuera” y de los de “adentro” en lo más recóndito de nuestro escepticismo mantenemos la esperanza en que llegará el fin de esta dolencia, o al menos, nos vendrá un poco de alivio.
Por estos días, la expectación con respecto a Cuba, está caracterizada por las palabras “apertura”, “comienzo”, “emblandecimiento” entre otras de igual significación. Una vez más y gracias a las acciones de Obama, todos los ojos del mundo vislumbran a esa pequeña antilla. Ese mundo que igual que los cubanos quiere consolación para este pueblo.
Pero, siempre hay un pero, las buenas intenciones de Obama serán solamente un paliativo, mientras en Cuba no se produzcan cambios coherentes con estas incipientes acciones y con las nuevas expectativas de su gente, sobre todo de aquellos más jóvenes. Porque evidentemente la génesis política que ha repercutido sobre la población cubana, es responsabilidad única de ambos gobiernos y ambos tendrán que resolvernos un merecido mejor futuro. Tal vez Obama, más lucido de ello ha proporcionado un comienzo, incierto aún, pero como todo comienzo una esperanza al fin y al cabo de “algo por suceder…”
Está claro que Obama no ha levantado ningún bloqueo, él ha cumplido con lo que prometió durante su candidatura: levantar las restricciones impuestas relacionadas con los viajes y las remesas familiares y comerciales hacia la isla. Que Washington esté sentando las bases para que haya cambios democráticos en Cuba –como ha calificado la prensa internacional- es hasta ahora una ilusión. Continuamos entonces con la obstinación de ambos gobiernos y los efectos que conlleva para población cubana. Los Estados Unidos en cada recrudecimiento que históricamente han hecho del embargo, han creído ilusamente que debilitarían al gobierno de Fidel Castro. Hace 50 años se viene demostrando lo contrario y todavía no hay una salida inteligente para este debilitamiento. Imaginen, tal vez otra Cuba sería ahora si hace años atrás se hubiera levantado el bloqueo, ya no habría justificación para Fidel para mantenernos en el aislamiento y la imposición verticalista de sus ideas, por lo menos hubiéramos dejado de jugar a “Pedrito y el Lobo” con los vecinos del Norte y nos convenceríamos que no todos los errores como país son culpa del bloqueo.
Y digo justificación política, porque miren ustedes, yo pregunto ¿qué es el bloqueo? Veamos un poco de su historia y la doble moral detrás de ello:
El primer embargo hacia Cuba fue implantado por el gobierno del Demócrata John Fitzgerald Kennedy el 7 de febrero de 1962, como respuesta a la estatización que hiciera Fidel a las empresas norteamericanas en la isla. A partir de ese año, los viajes a Cuba de los ciudadanos norteamericanos, estuvieron prohibidos. Un año después, en 1963 el embargo es endurecido a causa de la Crisis de los Misiles. En julio de ese mismo año Cuba formó parte de la lista de las naciones incluidas en la Trading with the Enemy Act de 1917 llamada también “Ley de Comercio con el Enemigo” que impuso mayor restricción comercial entre los dos países, restricciones que se supone están aún vigentes.
En marzo de 1977 expiraron las restricciones de viajes de ciudadanos estadounidenses a Cuba. Carter no renovó las prohibiciones de la era Kennedy. En 1982, Ronald Reagan volvió a confirmar los efectos del embargo y limitar los viajes entre los dos países. Diez años después, en 1992, George H. W. Bush, firmó la Ley de Democracia en Cuba (Cuban Democracy Act, o “Ley Torricelli” por el Congresista Demócrata de Nueva Jersey Robert Torricelli que la presentó), que prohibía a filiales extranjeras de empresas americanas el comercio con Cuba.
En 1996, Bill Clinton, firma la Ley de Solidaridad Democrática y Libertad Cubana (Cuban Liberty and Democratic Solidarity Act, o Ley Helms-Burton, por el Senador Republicano de Jesse Helms de Carolina del Norte y el Congresista Republicano Dan Burton de Indiana) que extendía las penalizaciones por incumplir el embargo a empresas extranjeras que comerciaran con Cuba, y penalizaba a las empresas que traficasen con propiedad de ciudadanos de Estados Unidos que hubiese sido expropiada por el gobierno comunista de Cuba. También bajo Bill Clinton, se eliminaron ciertos límites a los viajes. Los familiares de ciudadanos cubanos podrían viajar a la isla con la frecuencia que quisieran.
En el año 2004, George W. Bush, modificó las restricciones del embargo sobre Cuba. Estableció requisitos más exigentes para viajes a la isla. La regulación permitía los viajes de los estadounidenses que tuvieran familiares en Cuba no más de 14 días cada tres años y permitía sólo 300 dólares cada tres meses.
Ahora bien, vean ustedes cómo pese a las restricciones endureciéndose o ablandándose durante su período histórico, hay un suceso que matiza el bloqueo y que es más fuerte que la misma política, y es nada más y nada menos que el mercado.
Después de leer esta reseña del bloqueo ¿podría creer que Estados Unidos es el primer proveedor de alimentos de la isla, habiendo exportado por el valor de 600 millones de dólares en el 2007 y 718 millones en 2008? Confirmación que hace el gobierno cubano al declarar que Estados Unidos es el quinto socio comercial de Cuba por volumen, después de Venezuela, China, Canadá y España. ¿Dónde quedó aquí el bloqueo?
Entonces, me respondo, por qué no se dejan de joder ya con lo del bloqueo y nos evitan las consecuencias que tiene que asumir el pueblo con la mejor de las coartadas políticas. Porque con bloqueo o sin él, la gente cubana no tendrá la libertad de expresar lo que siente, ni siquiera de proponer cambios para el país en el que viven y que les pertenece por derecho propio.
El miedo es la mordaza y aunque Fidel diga que el pueblo no pide limosna, imposible que pueda hablar con la mordaza en la boca ese pueblo al que ha destinado a la miseria desde hace muchos años y cuando hablo de miseria no me refiero solamente al hambre sino a esa que llevamos en el alma -como la Bayamesa- Pueblo al que no le ha quedado otra que comer de la mano del familiar que vive en el exterior, ese que manda dinero y que es muy posible que no tenga el permiso del gobierno para entrar a su país, aún cuando el “ablandamiento del bloqueo” les de la opción de viajar cuando quiera. Quiero aclarar aquí que son muchos los cubanos en el exterior, no sólo los que viven en EEUU, que tienen prohibida la entrada a su país y sin saber el porqué de este castigo, su peor ofensa ha sido salir y quedarse fuera de Cuba.
Un levantamiento del bloqueo... ¿ustedes creen que cambiará esa situación…? ¿Que el cubano será dueño de trazar su propio destino, que podrá abrazar a sus familiares de afuera cada vez que quiera hacerlo, que podrá salir y entrar a su país sin mendigar permisos, que podrá disentir sin tener que pagar con más de 25 años de cárcel por pensar diferente, que podrá demostrar al mundo que somos capaces de crear un modelo democrático viable, al estilo cubano?
Me encantaría equivocarme, pero creo que no. Sin bloqueo, nuestro sufrimiento será el mismo, sin que envejezca, sin que muera, mientras se mantenga el aparato represor actual.

1 comentario:

  1. Me gusto mucho este articulo Ana. Muy bueno. Y todavia no crees que deberias buscar un lugar donde publicar? Te lo digo muy en serio.

    Dorven Dorta

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