¿CAMBIOS EN LA HABANA?

Siempre la ascensión de un presidente supone “Cambios” o al menos es la esperanza de sus pueblos al elegirlo. En el caso de Cuba -sin elección- desde que asumió Raúl Castro, los ojos del mundo pronosticaban ver rápidos cambios en La Habana. Hoy, ya se sabe que de lo prometido: Poco.
Aún así la expectativa mundial sigue creyendo que esa posibilidad de “Cambio” es viable con la nueva gestión del presidente Obama.
Sobre este tema comparto las notas de dos destacados periodistas y columnistas del diario El País de España.


CAMBIOS EN LA HABANA I

"El Gobierno cubano usa el embargo para encubrir sus errores"

ENTREVISTA a CARMELO MESA-LAGO Economista y académico cubano

Por: MAITE RICO

Madrid - 12/04/2009

La especialidad de Carmelo Mesa-Lago, doctor en Derecho y Economía, son los sistemas de Seguridad Social. Pero todo el mundo le pregunta sobre Cuba. Y es que a lo largo de medio siglo ha buceado con tesón detectivesco en la economía de la isla, poniendo un riguroso contrapunto a un régimen acostumbrado a maquillar estadísticas. Desde que dejó su país, en 1961, Mesa-Lago, de 75 años, ha echado raíces en Pittsburgh (Pensilvania, EE UU), pero su intensa vida académica le ha llevado por una docena de universidades, desde Oxford a Salamanca o Berlín. En los años sesenta alzó su voz contra el embargo comercial estadounidense a Cuba y mantiene un intercambio constante con economistas de la isla, oficialistas y disidentes. Autor de decenas de libros y consultor internacional, Mesa-Lago está nominado para el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales.

Pregunta. El embargo, como usted pronosticó en su día, no ha servido para debilitar al régimen. Respuesta. Al contrario, yo diría que el Gobierno cubano ha usado el embargo para encubrir los múltiples errores de la política económica. En Cuba hay una tendencia de achacar a factores externos los errores internos: cuando no es el embargo, es un huracán o una sequía. El embargo ha sido una excusa conveniente. Y ha servido también para justificar el autoritarismo, al presentar a EE UU como una amenaza frente a la que Cuba no puede bajar la guardia. Hay que decir que en 2001 el embargo se flexibilizó por razones económicas, y el año pasado EE UU fue el principal suministrador de alimentos a Cuba y su quinto socio comercial.
P. ¿Hay que levantar el embargo sin contrapartidas?
R. Hay un gran debate. El presidente Obama ya ha ordenado el cierre de Guantánamo y ha eliminado las restricciones absurdas impuestas por Bush, que dañaban a las familias cubanas. Pero el problema fundamental son los derechos humanos, civiles y políticos. Yo siempre he estado en contra del embargo, pero también creo que los derechos humanos deben ponerse sobre la mesa. Lo contrario sería abandonar a los presos de conciencia, a todos los grupos en Cuba que se esfuerzan tanto, como el Proyecto Varela, las bibliotecas independientes, los economistas disidentes... y al pueblo cubano, que quiere tener espacios de libertad.
P. ¿Cuál es la situación económica de Cuba?
R. Empeoró considerablemente en 2008, y este año se va a deteriorar todavía más. El déficit de la balanza comercial y la deuda exterior son los más altos per cápita de América Latina. El valor del níquel (que supuso un 56% de las exportaciones) cayó el año pasado un 80%. El azúcar cayó también y la zafra de este año no pinta bien. Con las remesas no sé qué va a ocurrir, porque la crisis ha golpeado a Florida. Pero lo más importante es qué va a pasar con Venezuela, que el año pasado aportó a Cuba unos 9.000 millones de euros (entre subsidios, inversión, donaciones, etcétera). La caída del precio del petróleo presiona al Gobierno venezolano, que tiene dos opciones: reducir los programas sociales internos, base del apoyo popular a Chávez, o reducir la ayuda externa, cuyo principal receptor es Cuba. Chávez ha dicho que no va a recortar los programas sociales...
P. Cuba ha pasado de depender de la URSS a depender de Venezuela.
R. Raúl Castro ha hecho un esfuerzo notable para diversificar los socios comerciales y los inversores, incorporando a Rusia, China, Brasil... Pero el problema es que no hay capacidad productiva. China ha sido muy estricta: quiere relaciones económicas basadas en inversión y comercio, no en subsidios. ¿Y qué va a exportarle Cuba, si difícilmente llega a cubrir la cuota de azúcar? Si no hay una transformación económica, Cuba seguirá sin tener capacidad de exportación.
P. ¿Puede haber cambio económico en Cuba sin que haya cambio político?
R. Sí, ahí está China, que ha logrado una mejoría económica con reformas de mercado y sin cambio político. Ahora bien, lo que yo quisiera para Cuba es que hubiera reformas económicas que mejoren el nivel de vida de la población -la obsesión del cubano es sobrevivir y conseguir la comida del día-, y que haya apertura política.
P. ¿Por qué Raúl Castro anunció a los cuatro vientos una serie de reformas que no parece dispuesto a aplicar?
R. Llevo 50 años estudiando concienzudamente la economía de Cuba, y yo diría que ésa es la pregunta que me ha dejado más perplejo. No tengo una respuesta. ¿Qué razón hay para suscitar el debate más profundo y participativo que ha habido en Cuba, para después hacer cosas muy pequeñas? Ninguna de las grandes promesas de reformas estructurales se ha puesto en marcha.

CAMBIOS EN LA HABANA II

El 'huracán' Obama apunta a Cuba

Cambios inminentes en la relación entre Washington y La Habana - El aumento de visitas a la isla al eliminarse las restricciones supondrá un reto para el régimen

MAURICIO VICENT
La Habana - 12/04/2009

Si Barack Obama fuese un huracán, en estos momentos podría estar cerca de La Habana... Numerosas variables así lo indican. Las presiones de América Latina sobre el presidente de Estados Unidos para que levante el embargo a Cuba nunca han sido tan grandes. Y nunca antes, ni siquiera con los Gobiernos demócratas de Jimmy Carter y Bill Clinton, la posibilidad de un acercamiento bilateral ha estado tan próxima. Lo demanda la coherencia del Obama con su propio discurso dialogante, y lo posibilita el cambio de la correlación de fuerzas dentro y fuera de Estados Unidos. Cuba, sacudida por la crisis y gobernada por un liderazgo histórico que llega a su final, lo necesita.
Más temprano que tarde, Washington y La Habana están obligados a entenderse. Y en el complejo fenómeno del deshielo y de la evolución de Cuba, el factor Obama es clave, opinan diplomáticos y analistas.
Sólo han pasado unos días del viaje a la isla de un grupo de congresistas demócratas opuestos al embargo. En un gesto hacia Washington, fueron recibidos por Raúl y Fidel Castro. Ahora toda la atención se centra en la próxima cumbre de las Américas, que se celebrará en Trinidad y Tobago entre el 17 y el 19 de abril.
En vísperas del encuentro, Obama podría eliminar las restricciones que existen para que los cubanoamericanos viajen a la isla y envíen remesas a sus familiares. Sería un gesto de acercamiento a Cuba, pero también hacia la región, y afectaría a un millón y medio de exiliados.
Según un economista cubano, si ello sucede se triplicarán los viajes de los emigrantes, que hoy rondan los 130.000 anuales, sumadas las visitas legales e ilegales. Si la crisis lo permite, cerca de 400.000 cubanoamericanos podrían viajar a la isla cada año. Un reto político para La Habana.
Fidel Castro dijo esta semana que no teme al diálogo con Estados Unidos y que su país no necesita de la "confrontación" para existir. Llamó "tontos" a los que así piensan, aunque muchos en su país piensan así y dicen que el embargo le ha sido muy útil para gobernar al ex mandatario.
De cualquier modo, hoy hay que hablar con extrema cautela, pues todo está cambiando en el ajedrez político bilateral. Lo que antes no parecía posible -o parecía fácil de sabotear- hoy cobra fuerza. Por ejemplo, el Congreso de Estados Unidos debatirá dos proyectos para levantar las restricciones que impiden a los norteamericanos viajar a Cuba.
El Caribe es visitado anualmente por 22 millones de turistas. Más del 50% son norteamericanos. Diversos estudios en Estados Unidos indican que el primer año podrían visitar La Habana un millón de estadounidenses, y después hasta tres millones anuales. Si la veda fuera levantada en Washington -cosa que aún no está clara-, las relaciones entre ambos países se transformarían sustancialmente aunque nada más se tocara del embargo. También cambiarían cosas dentro de Cuba... Observadores y diplomáticos aseguran que tanto Cuba como Estados Unidos prefieren que el acercamiento sea más bien "lento", pues nadie está interesado en perder el control de los acontecimientos. Pero de que las cosas van adelante, van.
"Si me hubiera preguntado hace algunos años, le habría respondido diferente, pero hoy la respuesta es sí: Cuba está interesada en la normalización de las relaciones con Washington, aunque ello suponga un riesgo y cambie el escenario interno", afirma un analista cubano. Agrega que hay un elemento que distingue este momento de otros: "La dirigencia histórica, la que hizo la revolución y sacó la bronca con Washington, quiere que el deshielo también se produzca con ellos, no con sus hijos o nietos después de su muerte".
Otra razón es económica; "Cuba se beneficiaría considerablemente del fin del embargo", dice. El año pasado la isla importó de Estados Unidos cerca de 500 millones de dólares (alrededor de 380 millones de euros) en alimentos sin ningún tipo de créditos. Ni hablar de los efectos en el turismo, que hoy representa la segunda fuente de ingresos del país.
Ahora todo depende de los próximos movimientos de Washington y La Habana en la cumbre de las Américas, reunión que convoca Estados Unidos con los países del hemisferio, excepto Cuba. Washington ha expresado su deseo de que este encuentro no se centre en el tema cubano.
La preocupación es natural. En los últimos seis meses una decena de presidentes latinoamericanos ha viajado a Cuba y ha condenado el embargo. Entre ellos hay pesos pesados, como el brasileño Lula; aliados naturales como Rafael Correa, de Ecuador; las mandatarias de Argentina y Chile, Cristina Fernández y Michele Bachelet; y por supuesto también el venezolano Hugo Chávez, quien el viernes viajó a La Habana para coordinar posiciones.
La cumbre de Trinidad y Tobago será una mesa de juego. Cuba podrá elegir presionar a Estados Unidos o darle margen; Washington descubrirá también alguna de sus cartas.
Funcionarios cubanos admiten que muchas políticas y movimientos económicos se dibujarán en la isla cuando se conozca el alcance del huracán Obama. No se puede descartar ninguna jugada.
Hace cinco años pocos habrían creído que una influyente organización del exilio como la Fundación Cubano-Americana iba a describir el embargo como "un símbolo" del que se podría prescindir, como acaba de afirmar esta semana. Eso sí, la organización ha dejado claro que hay que mantener el embargo hasta que se garanticen las libertades y los derechos humanos de los cubanos.

Cinco décadas de embargo
- 1960. Tras derrocar en 1959 al régimen de Fulgencio Batista, Fidel Castro lanza su política de nacionalizaciones, que implica la expropiación de bienes estadounidenses. Washington reacciona rompiendo las relaciones diplomáticas con La Habana y reduciendo las importaciones de azúcar.
- 1962. En febrero, John F. Kennedy ordena la imposición de un embargo comercial sobre Cuba, que se ha alineado con la Unión Soviética. El año anterior, Estados Unidos había impulsado la fracasada invasión de la Bahía de Cochinos.
- 1963. Tras la crisis de los misiles, Washington dicta restricciones a los viajes a la isla de ciudadanos estadounidenses.
- 1977. El presidente Jimmy Carter se niega a renovar las restricciones a los viajes y al gasto de dólares estadounidenses en Cuba. Ronald Reagan las volverá a introducir en los ochenta.
- 1996. El Acta para la Libertad Cubana y la Solidaridad Democrática del Congreso de EE UU, conocida como Ley Helms-Burton, endurece el embargo al establecer sanciones para las compañías extranjeras que comercien con Cuba.
- 1998. Bill Clinton reduce las restricciones al envío de dinero a familiares por parte de cubanos en el exilio.
- 2000. El Congreso de Estados Unidos suaviza el embargo y permite la venta de alimentos y medicamentos.
- 2003. La Administración de George Bush anuncia un paquete de medidas para acelerar el fin del régimen comunista en Cuba que refuerza los controles sobre el envío ilegal de dinero a la isla y nuevas restricciones a los viajes.
- 2009. El Congreso de Estados Unidos levanta el endurecimiento de las normas establecido por la Administración Bush en 2003.
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