Por Juan Abreu
MADRID, 15 de agosto (Crónicas) - A veces alguno trata de ofenderme y me dice maricón. Yo me río. ¡Maricón! Como si eso fuese una ofensa. A mí los maricones me encantan. La mayoría de mis grandes amigos han sido maricones aunque yo no soy maricón. Gente valiente, por cierto, mucho más valiente que los autoproclamados machos.
Por otro lado, ¿quién no es un poco maricón? La mayoría de los supuestos machos no lo admitiría, pero gracias a Dios y a Darwin, eso no altera la realidad.
Ser un poco maricón es como tomarse un vaso de agua, no sé por qué se ofenden. Para no mencionar que aumenta considerablemente nuestra riqueza de experiencias sexuales. Que lance la primera piedra el hombre que jamás haya fantaseado con que otro hombre se la chupe, o chupársela a otro hombre o metérsela a otro macho o que se la metan mientras se folla a una mujer.
Bah, pamplinas. En esto, las mujeres son más naturales. No he conocido a ninguna mujer que no se haya sentido alguna vez atraída por otra mujer. No es que sean lesbianas, es que son más libres, por lo que se meten en la cama con alguna amiga y prueban. Sin traumas y sin perder de vista la polla más cercana. A eso llamo yo normalidad. La mujer es siempre superior.
Cuba, la isla espeluznante donde nací, es el país más maricón que existe. Todo muy tapiñado, porque también es el país más hipócrita y machista que existe pero a mí, que he estado en las barracas y en los baños del ejército, no me engañan. Allí todo el mundo se pasaba la vida vacilando las pollas y nalgas circundantes. Claro, si se te ocurría echarle mano a una, inmediatamente el hipócrita más cercano (que hasta ese instante estaba extasiado mirándote el rabo o los glúteos) te quería matar.
El sexo nada tiene que ver con la moralidad. Da igual de qué manera uses tu cuerpo en busca de amistad, compañía o placer. Hay que ser muy tarado para pensar que los que usan el culo, preferentemente para eso, son menos honorables o menos dignos o menos hombres que los que usan, fundamentalmente, el falo.
A mí me gustan en general los coños y un buen par de tetas, pero eso no quiere decir que no sepa apreciar las posibilidades sexuales de un cuerpo masculino. Que las tiene.
Maricón, me dicen para ofenderme. ¡Cuánta y qué profunda la tontería del mundo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario