Por: Anastasia Expósito
Que el mundo lo sepa, en Cuba los presos de conciencia tienen un encuentro con la muerte como única herramienta de lucha política. Son opositores pacíficos dentro de la isla que han optado por la huelga de hambre al no tener otras salidas para expresar sus discrepantes ideas con el gobierno castrista.
Los cubanos quieren retomar el poder para moldear sus propias vidas y se están enfrentando a la opresión, la represión, la injusticia, las violaciones a los derechos humanos sin consecuencia alguna para el régimen comunista y quieren influir con su participación en los acontecimientos de su país. He aquí las consecuencias que movilizan a la lucha noviolenta.
Últimamente la muerte visita la patria con mayor frecuencia y escribe con sangre los gritos de libertad para Cuba. La reciente muerte de Orlando Zapata, reconocido por Amnistía Internacional como preso político cubano, fallecido a causa de una huelga de hambre de más de 85 días, fue una crueldad del gobierno cubano tan estremecedora ,que logró la reacción de la opinión pública mundial. Hoy esa misma opinión será testigo de continúas huelgas de hambre que los presos políticos en la isla están dispuestos a asumir, y que horrorizados los ojos del mundo, verán la muerte de cada uno de estos seres humanos.
Estos sucesos acontecidos son una especie de eutanasia política, aplicada a los presos moribundos en huelga, por parte de la revolución comunista que inconmovible y hasta con deleite observa las bajas de sus oponentes.
El continuador actual del método de lucha de Orlando Zapata, tiene a la muerte rondándole con insistencia. Guillermo Fariñas es otro de los opositores que está en estado de debilidad extrema a causa de dos semanas de huelga de hambre y de sed. Con 48 años de edad, este periodista y sicólogo sólo depondrá su negación a la ingesta de alimentos en el momento en que las autoridades cubanas excarcelen a 26 presos políticos que se encuentran enfermos en las cárceles.
Definición de huelga de hambre
Todos conocemos que dejar de ingerir alimentos es el camino hacia una muerte segura. La huelga de hambre es una herramienta muy empleada en la historia de la lucha noviolenta. Gandhi, por ejemplo, fue un especialista en practicar el ayuno y la huelga de hambre como una estrategia de lucha. Según investigadores, su eficacia dependerá mucho de la actitud general de la sociedad ante la muerte. La huelga de hambre ha sido muy controvertida, por tal razón muchos expertos se han dado a la tarea de explicar o calificar la huelga de hambre.
Nota:
Lo que sigue está basado en un escrito del francés Hervé Ott publicado (en francés) en la revista "Alternatives Non Violentes", número 34 de julio de 1979 y publicado por el equipo Nizkor (Argentina) una organización internacional que trabaja por el respeto y la promoción de los derechos humanos en los distintos temas y áreas. Este escrito he añadido otras opiniones y ha sido modificado para la utilización en este artículo.
El analista francés Hervé Ott propone una definición a partir de los destinatarios del acto, no a partir de las motivaciones. La huelga de hambre se dirige "al exterior": para sacar a la opinión pública de su indiferencia, para conseguir una decisión favorable de un oponente... La huelga de hambre tiene mas que ver con la huelga de trabajo, acto de no colaboración contra alguien o algo exterior a su grupo de pertenencia.
Asimismo Ott distingue entre la huelga de hambre limitada que sirve a alertar la opinión pública, a denunciar una situación de injusticia, pero sin pretender suprimirla. Es una acción simbólica, que hace que la gente se hace preguntas, reflexiona. Y la huelga de hambre ilimitada que es un acto de apremio. No busca tanto la popularización de una lucha, sino su éxito final. Para este analista es obvio que no basta de concientizar la opinión pública sino que hace falta una decisión terminando con la situación denunciada como injusta. Para los noviolentos, es necesario que las acciones no queden solamente en la "popularización", olvidándose de la necesidad de ciertos medios de "apremios".
Otras definiciones reconocen a la huelga de hambre como una herramienta de lucha noviolenta que consiste en renunciar a cualquier tipo de alimentación para reivindicar el cumplimiento de algún derecho, eliminar reglas o normas consideradas ilegítimas por el sujeto huelguista. Ésta puede tener una duración determinada o ser ilimitada, en el segundo caso el desenlace final será la muerte por inanición que sobrevendrá entre los 60 y 90 días del comienzo de la misma.
“Estoy dispuesto a inmolarme” fue el mensaje que Fariñas envió a las autoridades cubanas y al mundo. Pero a l parecer -unos por ignorancia y otros por conveniencia- ni las autoridades de su país ni la opinión pública tienen claro lo qué significa la “huelga de hambre”. Muchos piensan que este tipo de acción es el equivalente a un suicidio, otros creen que es una forma de lucha innecesaria, poco efectiva, en el caso de los Castros estos aseguran que es un chantaje. El verbo inmolar viene de mola, nombre de la pasta ó masa sagrada que se ponía en la cabeza de la víctima antes de degollarla.
La huelga de hambre: ¿un sacrificio, un suicidio, un chantaje?
A menudo se asimila la huelga de hambre a un "sacrificio", con las connotaciones religiosas que conlleva esta palabra. Sin embargo, el sacrificio en la historia de los ritos religiosos es siempre el sacrificio de "otro", no de uno mismo. La huelga de hambre no es un suicidio tampoco. El suicidio es el hecho de darse la muerte, mientras la huelga de hambre es dejar a otros la responsabilidad de dejarme morir o no. Otra diferencia con el suicidio es el tiempo, elemento decisivo en un combate. Permite a cada uno organizarse, evaluar los riesgos, modificar actitudes.
El suicidio es un acto breve e irreversible mientras la huelga de hambre permite una presión graduada, y que suele ser un recurso último, después de haber usado muchos otros medios de lucha noviolenta. El adversario ya tiene todos los elementos de información para tomar una decisión. El caso de la dictadura castrista es dejarlos morir.
Estadísticamente hablando, es más suicida manejar un auto que hacer una huelga de hambre... En cuanto a la cuestión del chantaje, cuando el objetivo de una huelga de hambre es alertar a la opinión pública para movilizarla por una causa de interés general, se trata de una acción política. El chantaje -palabra recurrida por los Castros para contrarrestar la opinión pública internacional sobre los huelguistas cubanos- es una acción donde uno intenta imponer su voluntad ejerciendo una presión de orden psicológica intensa sobre otro. La huelga de hambre debe pues convencer que el objetivo es de interés general, no privado; el objetivo debe ser muy claro, sin ambigüedades, y tener que ver con una realidad concreta y estar respaldado por una legitimidad popular. Es importante que este objetivo haga reflexionar, y este referenciado en valores simples e inteligibles por todas, como la paz, la justicia, la democracia,...
Pero claro, en la lucha noviolenta activa, no se trata tanto de "tocar al corazón", a los sentimientos de los oponentes, sino de establecer una relación de fuerza capaz de establecer la justicia -y preservarla-, dentro del marco de un conflicto bien determinado. La huelga de hambre ejerce una fuerza sobre el oponente, pero no para aplastarlo, como seria con la acción violenta, sino como una salida de índole "honorable": cumplir con las exigencias de los huelguistas de hambre no es considerado como una debilidad por la opinión pública.
En todo caso, para evaluar la eficacia de una huelga de hambre es necesario analizar sus efectos sobre el adversario, y en su caso sobre el Estado, potencia represiva que tiene el monopolio de la violencia "legítima" gracias a la Ley, y cuya existencia y fuerza depende del consenso popular; se nutre de la cooperación de muchos, y de la pasividad de la mayoría, que al aceptar o sufrir en silencio tal o tal Ley o Decreto colabora con el Estado...
Obviamente, quienes hacen una huelga de hambre dejan de colaborar con el Estado, ya que le quitan su "derecho" de vida y muerte sobre las personas...
La huelga de hambre busca, como otras acciones directas noviolentas, "sensibilizar" la opinión pública para que ésta rompa su colaboración pasiva. En cuanto a la fuerza que puede representar la opinión pública, no depende solo de la cantidad: la diversidad es muy importante también, es necesario poder sensibilizar a los más diversos sectores de la sociedad. Esta sensibilización proviene primero del choque psicológico sobre la opinión pública: dejar de comer no es "normal". Otro choque, en el caso de una huelga de hambre ilimitada es el riesgo de muerte.
La huelga de hambre se fundamenta en lo ético y en profundas convicciones y motivaciones, las cuales harán o no mover la opinión pública. Uno no se lanza en una huelga de hambre sin tener estas motivaciones profundas. Sin embargo, para el totalitario gobierno de Cuba, los huelguistas son todos delincuentes chantajeando al Estado para su liberación (si están presos) o para conseguir ventajas tildadas de antisociales. Es curioso que en la isla, los delincuentes sean sicólogos, periodistas, escritores, intelectuales, hombres de bien, que supuestamente se convirtieron en facinerosos sociales como una mejor opción.
Por otro lado, la Declaración de Malta de la Asociación Médica Mundial de 1991 sobre personas en huelga de hambre traslada al médico la decisión final sobre el tratamiento, pero siempre teniendo en cuenta las aspiraciones, opinión y decisión previamente manifestadas por el paciente, y siempre que el médico haya dejado claro al paciente con anterioridad si podrá o no respetar esta decisión.
Estos sucesos de inanición en cadena que están aconteciendo en Cuba posiblemente no conseguirán que los Castros dejen el poder pero sí lograrán la separación entre la opinión pública y el Estado totalitario, eso conducirá a un debilitamiento de la dictadura: una esperanza más para todos los cubanos que quieren su patria libre y democrática.
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